La arcilla es un tipo de suelo originado por la metamorfosis de roca que es naturalmente rica en sales minerales. Se encuentra en depósitos de mayor o menor tamaño y, en la mayoría de los casos, se extrae de yacimientos al aire libre. Fue el primer remedio natural conocido por el hombre y ha sido empleado durante siglos por sus beneficios terapéuticos.
Muchas civilizaciones (los egipcios, los griegos, los indios, los chinos) han usado arcilla para cuidar y proteger la piel y el cuerpo. La arcilla destaca sobre otros elementos por su capacidad absorbente y adsorbente, lo que significa que intercambia impurezas y toxinas absorbidas por minerales beneficiosos. La arcilla blanca de Cattier, seleccionada y envasada con el máximo cuidado, es de una calidad incomparable. Se extrae en el Alto–Loira, Francia. La arcilla blanca preparada para su uso Cattier se emplea para hacer mascarillas faciales y cataplasmas, por sus efectos beneficiosos sobre la piel y el cuerpo. Absorbente, purificante y regeneradora, la Arcilla Blanca Cattier es especialmente adecuada para el cuidado de las pieles secas y sensibles. Su carácter hipoalergénico la hace apta para el cuidado delicado de los bebés, pudiéndose utilizar como talco. Absorbe y regula el exceso de sebo, elimina toxinas e impurezas, revitaliza la piel y estimula la renovación celular. Además, tiene propiedades suavizantes. Muy rica en micronutrientes, aporta a la piel y al cuerpo minerales y oligoelementos. La arcilla Blanca Cattier es antiséptica y cicatrizante por ello es adecuada para el cuidado de las pieles irritadas.
Para pieles jóvenes y pieles maduras.
Ingredientes:
Aqua*, Kaolin*, Illite*, Montmorillonite*, Propanediol*, Glyceryl Undecylenate*.
Modo de empleo:
Mascarillas faciales: Aplicar una capa gruesa sobre la cara y el cuello evitando el contorno de ojos y labios. Dejar actuar durante 10 minutos aproximadamente, sin permitir que la mascarilla seque completamente sobre la piel. Aclarar con agua tibia y secar la piel con una toalla de algodón. Para completar el tratamiento aplicar una crema hidratante.
Cataplasmas:
Con una espátula no metálica, extender una capa de arcilla de 2 a 3 centímetros de espesor sobre un tejido natural. Aplicar la cataplasma directamente sobre la piel y fijarla con un vendaje suave. Si la piel está irritada, poner una gasa fina entre la piel y la arcilla. Cuando la cataplasma esté casi seca, retirarla y eliminar los restos de arcilla con agua tibia, después secar la piel con una toalla de algodón.