LA IMPORTANCIA DE LA HIDRATACIÓN EN VERANO

Llegó el verano y nuestras necesidades hídricas aumentan, ya sea por el calor, porque hacemos más actividad física o simplemente porque “Dicen que es importante beber agua”, pero nos hemos puesto a pensar ¿cuánta agua debo tomar, qué tipo de líquidos son más adecuados o qué alimentos contienen más agua?
El ser humano puede pasar varios días sin alimento, pero sólo unos pocos días sin beber líquidos, incluso en climas fríos. El cuerpo humano no tiene un almacén de agua corporal, así que la que se pierde debería ser repuesta para mantener el balance de la hidratación.
El agua es la base de la vida. Solo es superado por el oxígeno en importancia para la salud, y constituye hasta el 75% del cuerpo. Aunque el agua no proporciona una fuente de calorías, una hidratación adecuada es al menos tan importante para un buen rendimiento deportivo como los alimentos que consume y es esencial para un entrenamiento o cualquier ejercicio físico eficiente.
El calor, la humedad y el ejercicio físico hacen que el organismo requiera, en general, más hidratación para seguir funcionando correctamente. Por este motivo, en verano resulta especialmente importante prestar más atención a la hidratación e incrementar la ingesta de líquidos para recuperar las pérdidas de agua del organismo y, si es necesario, también de sales minerales.
Pero no debemos esperar a sentir sed para tomar líquidos. La boca seca ya es síntoma de deshidratación y el instinto de beber se pierde con la deshidratación progresiva. Por eso, no hay que confiar en la sed y conviene beber regularmente de 8 a 10 vasos a lo largo del día.
La sed no es el mejor indicador de que necesitas beber porque si tienes sed, ya estás deshidratado "Batson".
La deshidratación provoca cansancio, dolor de cabeza, dificultad de concentración, malestar general... Una pérdida del 2% del agua corporal supone entre otros síntomas, una reducción del 20% de la energía física y cuando se pierde el 10% se eleva el riesgo de sufrir complicaciones graves.
La hidratación adecuada no solo apaga la sed, sino que permite que el cuerpo elimine las toxinas, mantenga el equilibrio, respalde la función cerebral, el
equilibrio hormonal, los procesos metabólicos (incluido el metabolismo de las grasas), el transporte de vitaminas y minerales que dan vida, y apoya integridad de los músculos, articulaciones y huesos de nuestro cuerpo.

¿Cómo puedo saber si estoy deshidratado?
Una de las formas más fáciles de saber si estás adecuadamente hidratada es verificando el color de la orina. En general, la orina de color claro es una indicación de hidratación adecuada.

Otros signos de deshidratación son:

Dolor de cabeza, estreñimiento, fatiga, debilidad, mareos, irritabilidad, imperfecciones en la piel e infecciones de la vejiga...
Una persona que transpira mucho necesitará beber más agua o líquidos que los demás.
Ciertas personas con enfermedades como diabetes o enfermedades cardíacas, también pueden necesitar beber más agua. Las personas con fibrosis quística tienen altas concentraciones de sodio en el sudor y también deben tener cuidado para evitar la deshidratación. Y algunos medicamentos pueden actuar como diuréticos, lo que hace que el cuerpo pierda más líquido. Por eso siempre tienes que preguntar tu medico, terapeuta o farmacéutico sobre los medicamentos o suplementos a tomar para informarte muy bien de sus efectos segundarios.

Cabe destacar que nuestro cuerpo necesita hidratación tanto por dentro como por fuera para cuidar de nuestra saludo y también nuestra belleza y frenar el envejecimiento prematura de la piel.

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